Por: MI y Lic. Marco Agustín Ramírez Rodríguez
En una entrevista reciente para el periódico británico The Guardian, el escritor Alan Moore, quien es conocido por ser guionista de comics aclamados como Watchmen, The League of Extraordinary Gentlemen y V de Vendetta, se ha pronunciado en contra de los fanáticos adultos de las historias de superhéroes, y aunque naturalmente son un mercado de fans ampliamente criticados, ha señalado una razón especial con relevancia social sobre la cual vale la pena reflexionar.
Para Moore es preocupante la infantilización de la sociedad: “Dije alrededor de 2011 que creía que habría implicaciones serias y preocupantes para el futuro si millones de adultos hacían cola para ver películas de Batman. Porque ese tipo de infantilización, que ansía tiempos más sencillos y realidades más sencillas, puede muy frecuentemente ser precursora del fascismo. Cuando Trump fue elegido en 2016 y todos tomamos un extraño desvío en la política, muchas de las grandes películas del año eran de superhéroes…”.
Otro ejemplo de la relevancia social de la infantilización del discurso público es la reciente victoria de la ultraderechista Giorgia Meloni en Italia, quien es líder de Hermanos de Italia, un partido nacido del posfascismo, con un discurso antiinmigrante y en pro de políticas antiderechos y antiminoritarias mundialmente conocidas como “ley y orden”, además de tener discursos públicos en contra de los derechos de la comunidad LGBTI.
Estos fenómenos populistas también han surgido en México, aunque con menos relevancia, son discursos vivos que apelan a no problematizar la situación social, política y de derechos de nuestra sociedad, sino que, como dice Alan Moore, se conforman con la explicación más sencilla y simple de la realidad, la nueva sociedad explica los problemas de la manera que amerite menos construcción de pensamiento, como ocurre con el tema del combate a la Desigualdad en México y América Latina; pues aunque hoy no son la mayoría, existen “adultos” y “académicos” que en pleno 2022 siguen negando la realidad de la desigualdad social, sus causas y las formas de garantizar jurídicamente su combate.
En un artículo muy bien esquematizado denominado “¿Quién le teme a la igualdad?”, Marcelo Alegre de la Universidad de Buenos Aires, realiza una crítica racional, filosófica y jurídica a las tres principales objeciones que en la sociedad reciben las acciones positivas para garantizar el Derecho Humano a la Igualdad, desde el punto de vista de Derechos Económicos Sociales, Culturales y Ambientales (DESCA), pues recordemos que la característica principal de los DESCA, conforme con la Convención Interamericana de Derechos Humanos y diversas sentencias de la Corte Interamericana es que son derechos que implican acciones positivas de los Estados, acciones prestacionistas a las que se oponen las respuestas a que se refiere Alan Moore.
Marcelo Alegre divide las 3 principales oposiciones que normalmente reciben las acciones positivas de los Estados para garantizar de manera universal el Derecho Humano a la Igualdad de las personas en sus condiciones económicas, sociales y culturales, son que lejos de combatir la desigualdad provocan: 1. Nivelación hacia abajo (volvernos pobres a todos), 2. La vulneración de las Libertades y 3. Son acciones que derivan de la envidia y el resentimiento.
En el artículo de Alegre a través de una estructura filosófica, racional y jurídica desecha con gran facilidad las 3 principales oposiciones a las acciones positivas de los Estados en el combate a la desigualdad; uno de los casos que analiza es el consistente en que las acciones Estatales positivas de combate a la desigualdad tienden a “volvernos pobres a todos” cuando se establecen políticas de re distribución del gasto público en beneficios de sectores vulnerables como pueden ser personas con discapacidad o sin acceso a transporte público eficiente, o bien cuando se eliminan privilegios económicos que impactan en las finanzas públicas de un Estado para beneficiar el actuar a favor de garantizar los DESCA, como puede ser mejorar la infraestructura para un acceso universal al agua.
Alegre se sirve para sostener sus argumentos del pensamiento de filósofos del derecho destacados como Rawls y Dworkin, quienes afirman que incluso en las acciones Estatales más igualitarias, se deben respetar los talentos y las diferencias en las riquezas de las personas, aún de las más acaudaladas, con la limitante de que el aumento de la riqueza de unos no impliquen vulnerar la dignidad y las condiciones de vida de otros, evidenciando que el argumento y crítica que se realiza en sectores de la sociedad en contra del combate a la desigualdad a través acciones positivas de los Estados, se vuelve falaz.
Al hablar de la oposición a las acciones positivas de los Estados Alegre también hace referencia a aquellos argumentos en los que se afirma que estas acciones igualitarias producirán una violación a las libertades de los seres humanos, sin embargo, analizando el texto del artículo advertimos que las críticas y oposiciones ni siquiera se basan en un concepto real de libertad jurídica, social y personal, pues no existe la libertad plena de causar daños y afectaciones a la dignidad, bienes y derechos de los demás, además que tales críticas y oposiciones se vuelven superficiales al omitir tomar en cuenta que no se pueda hablar de una libertad universal sin incluir en la ecuación la necesidad de reconstruir una real autonomía en la vida de todas las personas para poder ejercer plenamente la libertad.
Sabemos entonces que los análisis jurídico-sociales se enriquecen en la medida en que se contrastan pensamientos, se construyen a través del análisis real de problemáticas, lo que resulta imposible en la era de lo simple, artículos como el de Alegre son poco difundidos, conocidos y leídos, incluso en el mundo académico o jurídico. El problema entonces, como señala Moore, será que la “marvelización” de la sociedad, reducir los discursos a lo más fácil y dicotómico, genera el surgimiento de figuras políticas destacadas en la sociedad que reducen su discurso a un público infantil que apelará más a las emociones que a la construcción de un Estado que garantice y reconozca los derechos humanos de sus ciudadanos como son el ejercicio de acciones en contra de la desigualdad, estos discursos se consumirán en gran medida por quien hace largas filas para ver la nueva película de Batman.

MI Y LIC. MARCO AGUSTÍN RAMÍREZ RODRÍGUEZ
Abogado fiscalista, constitucionalista y especialista en Derechos Humanos
Fundador y CEO de MR Boutique Legal
Director General de CIEJUF