VIGILAR Y CASTIGAR. FOUCAULT Y EL FISCO MEXICANO

La invisibilidad del vigilante es una característica esencial de los sistemas de vigilancia modernos. Esta imposibilidad de observar quién nos vigila, lejos de reducir la percepción de vigilancia, la incrementa. En los Estados modernos, la ficción de la vigilancia se presenta como continua y eterna, eliminando cualquier espacio donde las miradas del poder no alcancen.

En el capítulo sobre el Panóptico de Bentham en Vigilar y Castigar, Foucault sostiene que el incremento en la percepción de vigilancia constante nos transforma en nuestros propios vigilantes:
“La eficacia del poder, su fuerza coactiva, han pasado en cierto modo al otro lado, al lado de su superficie de aplicación. El que está sometido a un campo de visibilidad, y que sabe que lo está, reproduce por su cuenta las coacciones del poder”.

Es posible que esta idea foucaultiana de vigilancia continua e invisible, inspirada en el Panóptico de Bentham, sea la base conceptual del sistema tributario mexicano moderno. Este modelo busca aumentar la recaudación reduciendo los esfuerzos físicos del Estado y potenciando en los contribuyentes la sensación de una vigilancia total y omnipresente, que abarca todos los espacios donde ocurren operaciones monetarias. Como resultado, se ha construido la creencia de que el sistema tributario electrónico, perfeccionado jurídica y materialmente día a día, tiene acceso instantáneo a toda la información de los contribuyentes.

La eficiencia del sistema radica también en su capacidad para reducir costos y esfuerzos:
“El poder externo puede aligerar su peso físico; tiende a lo incorpóreo; y cuanto más se acerca a este límite, más constantes, profundos, adquiridos de una vez y para siempre e incesantemente prolongados serán sus efectos”.

Este triunfo del fisco mexicano, que ha instaurado en el imaginario colectivo la percepción de vigilancia total, continua y eterna, no se ha logrado únicamente mediante la modernización de sistemas electrónicos. También ha sido posible gracias a reformas en las normas tributarias, que han ampliado progresivamente las facultades de las autoridades fiscales. Bajo el pretexto de evitar una reforma fiscal integral, estas medidas han incrementado, de forma gradual, las capacidades de vigilancia del Estado. Sin embargo, en muchos casos estas facultades han funcionado como herramientas de cobranza al margen de una regulación constitucional adecuada.

En este sentido, cabe recordar la estrategia de la gradualidad descrita por Chomsky en sus 10 estrategias de manipulación mediática:
“Para que se acepte una medida inaceptable, basta con aplicarla gradualmente, a cuenta gotas, durante años consecutivos”.
La gradualidad, entonces, opera como una herramienta de manipulación destinada a inhibir la resistencia y el rechazo.

En la obra de Foucault, se plantea otra función de los mecanismos de vigilancia: además de garantizar el cumplimiento normativo, operan como laboratorios para moldear conductas. Así, no solo promueven la obediencia, sino que también dirigen y configuran comportamientos sociales. Tal vez por eso se ha trabajado tanto en construir la figura del evasor fiscal como el enemigo público, sin considerar que estos sistemas suelen aplicarse —y afectar principalmente— a los pequeños contribuyentes, quienes no tienen otra opción que resistir la coacción para sobrevivir.

Foucault nos interpela con una pregunta fundamental:
“¿Cómo, al aumentar sus fuerzas, podrá el poder acrecentar las de la sociedad en lugar de confiscarlas o frenarlas?”

Lic. Marco Ramírez Rodriguez

MI Y LIC. MARCO AGUSTÍN RAMÍREZ RODRÍGUEZ

Abogado fiscalista, constitucionalista y especialista en Derechos Humanos

Fundador y CEO de MR Boutique Legal

Director General de CIEJUF

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